Limpia usted la cama de su mascota?

Limpia usted la cama de su mascota?

La cama de nuestra mascota así como el lugar donde la coloquemos deben mantenerse limpios para procurar que nuestras mascotas y por ende, nosotros, compartamos un ambiente saludable. 

Una cama que no se limpie afecta a la salud de las mascotas ya que estan en contacto con una cantidad enorme de bacterias que pueden provocarle enfermedades.

 A mí me gusta cubrir su cama con una frazada, así se me facilita la limpieza constante de este cobertor en lugar de estar lavando su cama con la misma frecuencia y evitar así que el relleno pierda su forma dentro de la lavadora. 

La cama tambien la suelo lavar o exponer al sol luego de haberle rociado una mezcla de agua, vinagre blanco y eucalipto.


La frazada que cubre su cama la limpio  diariamenteque cepillito para extraer todos los pelitos que deja día a día y la cobija que utiliza cuando las noches están muy frías la cambio una vez por semana o cada dos semanas, cuando le doy un baño. 

Además utilizo agua con vinagre blanco y hojas de eucalipto para alejar los bichitos o pulgas que pudiera haber.
Yo detesto las pulgas, así que mi perrita siempre pasa por una revisión exhaustiva cuando comparte tiempo con otros amigos perrunos. Esta es mi rutina y varía un poco cuando ella decide que quiere jugar en el barro. ;)

Dulces sueños!

Regálese salud!

Regálese salud!

Muchos aprovechan la época navideña para regalar y regalarse esos gustitos especiales, pero ¿Qué le parece apartar un dinerito para cuidar de usted mismo?

Hay exámenes médicos básicos que le podrían prevenir no solo malos ratos, sino también más gastos. Todo está en la prevención.

 Un chequeo general debería incluir:


  • Hemograma completo
  • Análisis de orina
  • Control de peso
  • Control de presión arterial
  • Electrocardiograma
  • Ecografía abdominal
  • Radiografía de tórax
  • Marcadores tumorales




Mi Perro Huele a Perro

Mi Perro Huele a Perro

La primera vez que le traje a casa, mi perro olía a perro. Su olor no era de perfume fino, ni a aire acondicionado de la tienda de mascotas; alguien le abandono a las afueras de la veterinaria y de pura casualidad yo pasaba por allí.

Mi perro olía a orines, un poco a leche quizá del último momento con su madre. Mi perro olía a perro, a aliento de cachorro, ese olor que siempre ha conquistado mi corazón. Horas después y luego de una revisión médica y de su primer vacuna, mi ropa, mi carro y mi casa nuevamente huelen a perro.
Al llegar a casa tuvo su primer baño con shampoo y agua caliente. Ella siempre está muy limpia pero  mi casa siempre huele a perro. Huele a desveladas constantes al apaciguar su llanto para darle confort mientras se adapta a su nuevo hogar. 

Huele a entrenamiento para llevarle  a hacer pipi; debe aprender que orinar  en el jardín es  mejor que hacerlo en  la alfombra.

Mi perro huele a perro.  Huele a sus ansias por descubrir el mundo, a la espera de que sea su hora de comer o de pasear por allí. Mi perro huele a perro,  huele a deseos de jugar. Ella cree que levantarse a las 2 am para llevarle a hacer pipi significa que también es hora de divertirse, pero es  tiempo de aprender. 

Huele a perro mientras aprende que cuando camino no es  buena idea morderme los pies porque puede golpearse entre mis pasos.

Ahora sabe esperar para ir al baño, entiende que cuando debe ir a la cama y se queda sola ya no debe llorar desconsolada porque tiene un hogar, sabe que tendrá su beso de buenas noches aunque huela a perro. Entiende que a la hora dormir no tiene por qué estar ansiosa porque al día siguiente verá mi rostro de  nuevo  y estaré allí para cuidarle aunque mi perro huela a perro.

Huele a perro cada mañana cuando va con alegría a buscarme  a la cama o cuando yo voy a la de ella para darle su beso de  buenos días. Mi perro huele a perro cuando me despido de ella con una oración pidiéndole al Dios del Cielo que la cuide de todo mal. Mi perro huele a perro y aun así yo me despido acariciándole.

Mi perro huele a perro, se que está allí. Donde quiera que yo esté ella  también está. Si estoy afuera está conmigo, cuando estoy adentro esta allí. Cuando preparo la comida se sienta a mi lado porque sabe que con su mirada hará que le ofrezca algo de lo que estoy preparando.

En mis horas de trabajo o en mi descanso está allí como una sombra que me acompaña. Mi perro, mi casa, mi vida huele a perro. Amo besar sus orejas, siempre están tibias y forman un triangulo caído, huelen a perro. 

Mientras me acerco a abrazarle,  sus ojos solo reflejan amor. Amor es lo que espera recibir, amor es lo que siempre obtiene aunque mi perro huele a perro. Cuando le abrazo huele a perro. Le acurruco unos segundos, lo más que pueda. Me gusta olerle porque mi perro huele a perro. No pretendo que huela diferente, huele a todo lo que he aprendido de ella, huele a todo lo que ha aprendido de mí, huele a todo lo que hemos aprendido juntas.

Huele a juguetes, a frazadas, a sonrisas, a regaños, a veces huele a pedo, pero lo mejor de todos es que cada cosa que me rodea me recuerda que  mi perro huele a perro. 

No puedo evitar verle sin sonreír. Le contemplo mientras duerme algunas veces en su posición fetal, otras como si estuviera practicando karate con sus patitas torcidas hacia arriba. ¡Cuán afortunada soy! Es un ser inofensivo. Le gusta echarse como león y a veces actúa como tal cuando intenta protegerme aunque por su tamaño  y fuerza sé que no podría contra nadie, pero su corazón y su coraje para hacerlo arrasarían con el mundo.

Mi perro huele a perro, huele a ternura, a inocencia, a alegría, a compañía, a amistad. Huele a emoción por verle nuevamente el día siguiente luego de ponerle en su cama a descansar. Mi perro huele a perro. 

Mi mundo huele a perro y no pretendo  que huela a algo más.