Cuanto quisiera retroceder el tiempo para tenerte de nuevo en mi vida y poder acariciarte.
Llegaste aun tan tierna. Una pequeña cachorrita. Con tan solo dos meses de vida el doctor me aseguró que estarías junto a mí unos 12 años, pero decidiste quedarte 4 años más.
16 años de tu vida, 16 años de la mía. 5844 días no fueron suficientes para mí. Llegaste tan temprano y te fuiste tarde, te quedaste más de lo anunciado sin embargo el tiempo me quedo debiendo tiempo.
Me viste llorar y reír, me consolaste ofreciéndome tu compañía, tus juguetes favoritos, esos que no te gustaba compartir en tus momentos de diversión; muchas veces humedeciste mis dedos con tu lengua dándome consuelo, no sabías que para mí lo único que bastaba era tu presencia.
Aun te recuerdo y duele, sueño contigo y duele. Escribiendo lloro al pensarte. Como quisiera tenerte a mi lado, retroceder el tiempo y haberte dado más de lo que tú me diste a mí.
El trabajo y la rutina ocuparon en algunas ocasiones el primer lugar, pero en tu mundo, tú nunca me cambiaste; siempre me diste el primer lugar.
Llegaste en una bolsa de papel, en un regalo improvisado para sorprenderme y te fuiste en una manta muy resguardada. Quería envolverte con lienzos de amor, de ternura. Alejarte de mi desolación en un último adiós cargado de dolor y de muchísimos recuerdos envueltos entre tu peludo cuerpecito. Me despedí de ti al anochecer pero a la mañana siguiente no abriste más tus brillantes y negros ojos cargados de inocencia.
Quisiera tenerte nuevamente aquí. 16 años no fueron suficientes. El tiempo me quedó debiendo tiempo.
Hoy estarías jugando con tu nueva hermana y sé que serias la mejor compañera. Lo fuiste conmigo y lo sigues siendo aunque hoy no estés aquí.
Siempre te amaré, ayer, hoy y hasta que ya no tenga memoria y vida para hacerlo.
Descansas en mi mente y corazón para siempre.
MP.
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